Cinco sedes y alrededor de 600 obras dibujan la conexión del pintor sevillano en el aniversario de su nacimiento con la producción de otros artistas como Picasso, Hockney o Man Ray
¿Qué tienen en común Murillo y Picasso? ¿Y con Joseph Beuys o con Luis Gordillo? Eso es, en parte, lo que pretende poner en evidencia la muestra Aplicación Murillo, Materialismo, Charitas y Populismo, la última exposición del cuarto centenario del maestro sevillano organizada por el Ayuntamiento de Sevilla, que busca redescubrir al genio del barroco a través de la vigencia de sus temas en el arte contemporáneo.
La muestra, que abrió sus (múltiples) puertas el pasado día 5, se compone de más de 600 piezas traídas de hasta 30 instituciones de todo el mundo -desde el Bellas Artes de Sevilla, al MACBA, pasando por la Fundación La Caixa, Focus o la Lancaster House de Reino Unido-. Con ellas, los comisarios Luis Martínez Montiel, Pedro G. Romero y Joaquín Vázquez, han dado forma a esta “exposición-proyecto”, como la han denominado, con la que interpretar de nuevo a Murillo desde lo contemporáneo.
La intención de esta muestra, que ha querido coincidir en el tiempo con la antológica que puede verse hasta el 17 de marzo en el Bellas Artes (Murillo. IV Centenario), es poner en valor la producción del artista sevillano, que durante muchos años fue rechazado y denostado por los creadores plásticos, a pesar de que en muchas de sus piezas puede verse la innegable influencia murillesca.
Así, se exponen pinturas, grabados, fotografías, tapices y otras piezas textiles, instalaciones, libros y otros objetos repartidos en hasta cinco sedes. Partiendo desde el antiguo Convento de Santa Clara, que ya ha inaugurado su entrada original por la calle que lleva su nombre, los también históricos Hospital de los Venerables y Hospital de la Caridad, la sede universitaria del Cicus y la Sala de Exposiciones Atín Aya.
Tres de estos espacios, a los que hay que dedicar gran parte del día, llevan el peso de la muestra y están dedicados a una temática en concreto: Materialismo en Santa Clara, Charitas en Atín Aya y Populismo en Cicus.
En el antiguo convento, se presenta a Murillo como figura. Precisamente en la sala que estará dedicada a Luis Gordillo, es curioso ver las distintas representaciones del artista sevillano, del que había innumerables imágenes -algunas incluso lo mostraban con personajes con los que no pudo coincidir en el tiempo-. Haciendo que el público deje de tener clara cuál es la imagen real del artista. Una idea que, por ejemplo, ha trabajado Carlos Pazo, que igualmente se representa a sí mismo en diversas imágenes haciendo imposible saber cuál es su verdadera identidad.
Igualmente puede verse la evolución del arte hasta la llegada de los museos, cómo las piezas comienzan a tener valor por la firma más que por la temática, las primeras colecciones privadas, los mecenas, el coleccionismo de cajas… la muestra de Aplicación Murillo, Materialismo, Charitas y Populismo da la oportunidad de poder ver For Sale de Ilya Kabakov, una instalación que solo se ha expuesto tres veces hasta la fecha.
En Atín Aya encontramos la Charitas, entendida como dar al que más lo necesita sin esperar nada a cambio. Una idea muy representada en las obras de Murillo en las que el artista sevillano consigue transmitir en cierta forma alegría valiéndose de la luz y el color. En el espacio de Cajasol vemos una intervención de Salomé del Campo precisamente basada en el color, con el que crea en las paredes de la sala espacios, perspectivas, rincones… En El comedor de los pobres de Isidoro Valcárcel Medina, o en la fotografía Los bienaventurados, número 6, de Ángel Marcos, podemos ver ese ejercicio de caridad, el de dar de comer al hambriento, que vimos en Murillo.
Si hay una temática que se asocie con Murillo es la Inmaculada. También en Atín Aya vemos piezas contemporáneas que rescatan esta idea de la virgen pero asemejada a la feminidad e incluso a la sexualidad de la mujer. El gran vidrio de Duchamp, obras de Juan Muñoz, Patricio Cabrera, Gloria Martín Montaño o una instalación de Robert Morris dan cuenta de cómo esta idea ha seguido vigente en lo contemporáneo.
El Populismo cierra la muestra en el Cicus. La infancia, el reflejo de la sociedad del momento, la marginalidad, la familia… son muchos los artistas que también en el arte contemporáneo han recurrido a estas temáticas enfrentándose a ellas desde diversas perspectivas. Los saqueadores de Inés Doujak, Rockocó de Miguel Trillo o Mujeres en la ventana de Inmaculada Salinas vuelven a mostrar cómo muchas de las prácticas visuales del arte de nuestro tiempo, tienen, lo sepan o no, una relación directa con los modos de hacer del maestro sevillano.
NIEVES G. GROSSO | SEVILLA