Como ya contamos en nuestra previa, esta séptima edición de Drawing Room ha presentado dos novedades importantes. La primera, un acertado cambio de sede. El Palacio de las Alhajas tiene mayor amplitud en la planta inferior, a pesar de ser algo más estrecho en el primer piso. La segunda, la apertura con el programa ‘+ masters’ a un mercado secundario, de buena calidad pero de dudoso encaje en el concepto. Tras algún año en que parecía que se separaban del dibujo, la feria consolida su apuesta, y este cambio parece que resta frescura a las propuestas.
¿Cuáles han sido las obras más interesantes de Drawing Room?
La primera imprescindible es Irene González, en la Galería Silvestre. Sus dibujos, especialmente el gran formato, son espectaculares por su nivel de detalle y realismo, pero sobre todo por la estudiadísima composición. Hay mejores dibujos, sin duda. Pero pocos transmiten como los de Irene.
En Granada Gallery, impactan las obras de la surcoreana Shim Nan Young. Llaman la atención sus dibujos coloridos, con un estilo que recuerda a los garabatos infantiles. Pero, mirando más de cerca, vemos que esconden escenas crudas, que parten de sus propias pesadillas.
En el rincón de las galerías de Santander encontramos los dibujos de Francisco Mendes Moreira, en Exhibit. Destacan por su colorido y la plasticidad técnica. Un buen aterrizaje en Drawing Madrid de un artista al que conocimos en la edición de Lisboa. Por otro lado, en Siboney merece una mención especial la obra de Juana González, que une ironía y denuncia.
Quizá el mejor espacio haya sido de los valencianos Gabinete de dibujos. Ernesto Casero, Roberto Mollá y Santiago Talavera presentan las propuestas más interesantes. Casero parte de dibujos con reminiscencias científicas para crear composiciones que mezclan realidad y ficción en sus escenas históricas. El valenciano Mollá convierte su dibujo preciosista en una suerte de instalación. Finalmente, Talavera trabaja su cuidadísimo dibujo sobre diferentes soportes.
La Galería Daniel Cuevas presenta dos opciones consolidadas. El colorido Daniel Verbis, con obras de pequeño formato sobre lomos de libros, y un tríptico que es, probablemente, la obra más espectacular de la feria. Contrasta con las oscuras piezas de José Manuel Ballester, en las que mantiene su interés por el paisaje, tanto urbano como natural.
Los preciosos carboncillos de Sofía Jack, en Martínez & Avezuela, recrean espacios relacionados con artistas y diseñadores que marcan el paso a la modernidad.
Presencia andaluza
La granadina Ruiz Linares es la única galería andaluza en esta edición de Drawing Room. Se centra en tres artistas, José Piñar, Eva Rodríguez Góngora y Marta Beltrán, a quienes acompañan de interesantes obras de mercado secundario. Las coloridas piezas de José Piñar hacer un repaso por su evolución en estos últimos años, recorriendo sus últimas exposiciones en este espacio. Contrastan con los cuidados dibujos en carboncillo de Eva González Góngora, que parten de la investigación sobre la naturaleza. Y llama tremendamente la atención la obra de Marta Beltrán, un gran formato sobre fondo rojo.
Los espacios portugueses devuelven la visita
Tres de las dieciocho galerías participantes provienen de Portugal, en un claro inteercambio desde la consolidación de la cita de Drawing en Lisboa.
Arte Periférica destaca por una llamativa obra en carbondillo de Jorge Martins, con más detalle del que se puede observar en un vistazo rápido.
Contrasta con el color de las piezas de Isabel Madureira Andrade, en Fonseca Macedo-Arte Contemporânea, especialmente interesantes las marmoladas.
Finalmente, en Monumental, encontramos unos cuidados trabajos de Teresa Dias Coelho, otra obra en carboncillo que destaca por su delicadeza.